martes, 13 de marzo de 2012

Literatura (Joanna)

Un amigo tenía yo, no era un amigo normal, no cargaba los mismo años que yo. Recuerdo mirarme al espejo y compararme con él, arriba de mis labio se pintaban puntos negros que indicaban los vellos que algún día iban a crecer, en sus labios había millones de cerdas blancas que por alguna razón me recordaban la nieve que nunca llegue a conocer. 
Sus manos relataban historias a lo largo de sus dedos, las mías aún no empezaban a contar su historia. Sus ojos expresaban múltiples emociones vividas más de una vez, los míos apenas despertaban. Sus piernas parecían dos sacos con piedras en su interior, me ofrecía como su sostén. 
Un amigo tenía yo, el más especial de todos, mi abuelo. 

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