El tiempo transcurre y todos los hombre que cambiaron a sus esposas se encuentran felices y plenos, lo cual hace que la otra pareja se aleje cada vez más y al esposo cada vez siente más ganas de cambiarla o haberlo hecho cuando tuvo la oportunidad.
Un día las esposas nuevas se empiezan a oxidar y se dan cuenta que eran mujeres falsificadas, esta situación ayuda a Sofía a sentirse orgullosa de ver como todas las mujeres se van haciendo feas y ella no, sin embargo esto no parece influir en el matrimonio, simplemente Sofía se pavonea de ser una mujer real.
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