De la temperatura dependerá en gran medida la actividad del revelador.
Es fundamental que la temperatura del revelador recomendada permanezca constante, sobre todo cuando se trata de este químico. Es muy conveniente tomar con un termómetro de precisión en décimas y que de preferencia sea de mercurio. Si hay una disparidad entre la temperatura que marca la pantalla y la que toma el termómetro superior a dos décimas, tal disparidad debería ser corregida.
En caso de otros químicos del proceso tal oscilación es más amplia y puede tolerarse un cambio de temperatura de -2 ºC ó 2 ºC sobre la temperatura recomendada.
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